jueves, 27 de mayo de 2010

Redención




En la noche del 23 de Mayo del 2010 se dio por finalizada a una de las obras pilares de la que ya es considerada como la “época dorada de las series televisivas”. Perdidos se despedía con uno de los finales que más expectación ha creado en la (corta) historia de la televisión, emitiéndose de forma simultánea 59 países. Como orgulloso seguidor, y al igual que otros, madrugué para no fallar ante esta última cita con Jack, Locke. Kate, Sawyer, Desmond, Hurley, Ben y otros tantos personajes que ahora permanecen (y permanecerán) en la memoria colectiva de la cultura popular.

Veredicto: un final soberbio.

Sé que esta opinión puede crear entre ciertos “fans” bastante polémica, especialmente aquellos que esperaban ver resueltos todos esos misterios que han acompañado a la serie a lo largo de 6 temporadas, a los que seguramente esta conclusión habrá decepcionado. Pero creo no equivocarme si “Perdidos” más allá de la interesantísima mitología que ha ido descubriéndonos en su desarrollo, es una serie en la que lo más importante han sido los personajes. Unos personajes “perdidos” (y no hablo precisamente en términos geográficos) que, tras unas atormentadas vidas y, tras las experiencias vividas en la isla, han podido hallar la redención. Y es que es precisamente la redención el principal tema que ha impregnado a la serie y el final no hace mas que reafirmar esta idea, añadiendo además una nueva dimensión digamos… “metafísica” que consigue cerrar el círculo de forma muy satisfactoria. “Chapeau” para los guionistas.

Y… si, es cierto que no han sido resueltas muchas incógnitas, pero si ese es el sacrificio por el que hay que pasar con el fin de obtener una de las conclusiones más filosóficas, poéticas y hermosas que ha dado la pequeña pantalla, haciendo que cobre sentido los posibles revisionados que muchos haremos de esta obra, para mi desde luego merece la pena.


LOST (Perdidos)

jueves, 6 de mayo de 2010

"Una mirada a la oscuridad"



"Ese dolor tan inesperado e indeseado, por algún motivo me abrió los ojos… sin darme cuenta…comprendí que no odiaba la puerta del armario. Odiaba mi vida, mi casa, a mi familia, mi patio, mi cortacésped, nada iba a cambiar no podía esperar nada nuevo, tenía que terminar. Y así fue. En este mundo oscuro donde estoy viviendo me asaltan cosas horribles, cosas sorprendentes y algunas veces cosas maravillosas me suceden constantemente…y no puedo confiar en nadie"

Philiph K. Dick
 
Elegant de BlogMundi